miércoles 24 de diciembre de 2025

Bosra: Joya del patrimonio mundial

bosra-joya-del-patrimonio-mundial
Damasco, 22 nov (Prensa Latina) A unos 100 kilómetros al sur de Damasco, la capital siria, se encuentra la ciudad de Bosra considerada uno de los testimonios más notables de la historia de Oriente Próximo y un ejemplo singular de la convivencia entre civilizaciones.

Reconocida desde 1980 como Patrimonio Mundial por la Unesco, Bosra es célebre por su imponente anfiteatro romano, calificado como uno de los mejor conservados del mundo, pero también por su tejido urbano, donde se entrelazan restos nabateos, romanos, bizantinos y omeyas.

La ciudad es mencionada en las fuentes antiguas como un importante enclave nabateo. Su posición estratégica, en una ruta que conectaba la Península Arábiga con el Mediterráneo, la convirtió en un centro de comercio y de paso obligado para caravanas.

En el año 106 d. n. e., tras la anexión del reino nabateo al Imperio Romano, Bosra fue designada capital de la provincia de Arabia Petraea, adquiriendo un papel administrativo de primer orden.

Durante la época romana la ciudad floreció como núcleo urbano planificado, con calles pavimentadas, columnas, templos, baños, mercados y un acueducto. De esta etapa sobresale el famoso anfiteatro, construido en el siglo II d. n. e., con capacidad para unos 15 000 espectadores.

Excavado en su mayor parte en piedra basáltica negra —típica de la región—, el teatro destaca por su monumentalidad, su acústica perfecta y la solidez de su estructura. La fortaleza que lo rodea le permitió, siglos después, resistir el paso del tiempo y conservarse prácticamente intacto.

En la época bizantina, Bosra fue sede episcopal y se construyeron en ella iglesias, algunas de las cuales aún dejan entrever su grandeza arquitectónica. Más tarde, con el islam, la ciudad se convirtió en un importante centro omeya.

Durante los siglos XII y XIII, en el marco de las Cruzadas y los enfrentamientos regionales, el anfiteatro romano fue rodeado por una muralla fortificada con torres de vigilancia.

Esta peculiar transformación lo convirtió en una ciudadela prácticamente inexpugnable, lo cual paradójicamente ayudó a conservar la integridad del edificio original. Así, lo que en principio fue un teatro de espectáculos acabó siendo una fortaleza medieval, utilizada con fines defensivos hasta tiempos otomanos.

El urbanismo conserva vestigios de todas estas épocas: desde arcos triunfales y termas romanas hasta cisternas bizantinas, viviendas islámicas y calzadas antiguas. La ciudad, construida mayormente en basalto, impresiona por la uniformidad de sus materiales y la fusión armónica de estilos.

En 1980, la Unesco incluyó a Bosra en la Lista del Patrimonio Mundial, subrayando el valor universal excepcional de la ciudad y, en particular, de su teatro romano, que representa “un ejemplo único de preservación arquitectónica en un contexto histórico de continuidad urbana”.

La guerra iniciada en 2011 afectó gravemente a la ciudad, declarada en varias ocasiones en riesgo por la Unesco debido a los daños sufridos en su tejido urbano y arqueológico. No obstante, las autoridades sirias, junto con organizaciones internacionales, han impulsado en los últimos años proyectos de restauración y protección, con el fin de preservar tanto el anfiteatro como los numerosos restos que configuran este enclave histórico.

(Tomado de 4ta Pared, Suplemento cultural de Orbe)

MINUTO A MINUTO
relacionadas
EDICIONES PRENSA LATINA
Copy link