Si bien la Cámara Alta avanzó en la reposición de recursos en sectores importantes, como desarrollo social, medio ambiente, salud y educación, también hubo notables retrocesos en materia de derechos culturales y conservación de la memoria.

Entre los puntos más complejos de la discusión estuvo la partida correspondiente al per cápita de la Atención Primaria de Salud, cuyo monto de 11 mil pesos (unos 12 dólares) permanece inalterable desde hace años.

Finalmente, quedaron aprobados los fondos tras el compromiso del Ejecutivo de evaluar el alza de ese indicador en el trámite de la Comisión Mixta del Congreso.

También se repusieron las partidas de los Ministerios de Relaciones Exteriores y Hacienda, de la Contraloría General de la República y, en parte, del de Familia y Desarrollo Social.

No obstante, hubo retrocesos en áreas sensibles, entre ellas el rechazo al presupuesto del Instituto Nacional de la Juventud.

También generó profundo malestar el corte de gastos para el funcionamiento de las denominadas Casas de memoria y otros programas destinados a resguardar el recuerdo de las víctimas de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990).

Al quedarse sin financiamiento, muchas de ellas tendrán que cerrar sus puertas, con lo cual se pierde un importante instrumento educativo destinado a las generaciones que no vivieron el régimen militar y la fractura que significó el golpe de Estado contra Salvador Allende.

Este es un viejo anhelo de la derecha chilena, que el año pasado fracasó y se concretó en esta ocasión.

Javier Macaya, senador de la conservadora Unión Demócrata Independiente, argumentó que se trataba de un gasto innecesario frente a otras urgencias, como la salud.

Por su parte, la senadora del Partido Comunista de Chile, Claudia Pascual, advirtió sobre la peligrosidad de ese tipo de ideas. “Supongo que en Alemania, para mantener los sitios de memoria del Holocausto, nadie dice que se deba rebajar la salud”, precisó.

Pascual llamó a resguardar los aprendizajes históricos, pues una sociedad que no educa en valores de respeto puede repetir las noches más oscuras y largas que Chile tuvo durante 17 años y medio.

También quedó sin financiamiento el Pase Cultural, un instrumento destinado a permitir el acceso de los sectores populares a conciertos, festivales, exposiciones y otras actividades, cuyo costo suele ser muy elevado.

Ahora la Ley del Presupuesto está en manos de la Cámara Baja para su aprobación final y, en caso de persistir algunas diferencias, será creada una comisión mixta legislativa para dirimirlas.

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