En el Día Internacional de Eliminación de la Violencia contra la Mujer, los colectivos feministas y ciudadanas en general recorrieron el centro de Quito con carteles, tambores, pañuelos y consignas.
La abogada del Centro de Apoyo y Protección de los Derechos Humanos (Surkuna), Deyanira Moreta, comentó a la prensa que desde las organizaciones exigen al Estado políticas públicas y normativas, para erradicar los casos de violencia.
Datos de la Fundación Aldea indican que este año, de enero a noviembre, hay 349 femicidios, es decir, cada 22 horas una niña o mujer es asesinada en el país por motivos de género, aunque la Fiscalía cuenta solamente 47 casos de ese tipo

“Nos estamos muriendo y estamos siendo violentadas en un Estado que no toma acción para detener la violencia”, dijo Moreta.
Elizabeth Otavalo, madre de María Belén Bernal, joven asesinada en septiembre de 2022, participó en la marcha y lamentó que el número de femicidios crece y eso es un indicador de que algo pasa.
La movilización también sirvió para denunciar otros tipos de violencias, como la que provoca un modelo neoliberal que precariza sus vidas, ahora bajo el gobierno de Daniel Noboa, como indicaban varios carteles.

Asimismo, rechazaron la decisión del mandatario de fusionar el Ministerio de la Mujer y Derechos Humanos con la carretera de Gobierno, como parte de la reducción institucional del Ejecutivo.
Con consignas como «vivas nos queremos» e imágenes de víctimas de femicidios, organizaciones sociales y grupos feministas marcharon también por el centro de la ciudad de Cuenca, en la sureña provincia del Azuay, según reportes de medios locales.
Ecuador atraviesa el año más letal para mujeres y niñas y, de acuerdo con la Fundación Aldea, el 78 por ciento de los femicidios se han cometido con armas de fuego, un indicador que refleja el vínculo de esos delitos con el auge del crimen organizado en el país.
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