Michael Ricardo Quesada (alias Shaggy), de 38 años, empleaba esa forma de detección para proteger, entre otros crímenes, el monopolio de la venta de drogas en la ciudadela capitalina León XIII, en la barriada de Tibás, añadió el periódico CR Hoy.com.
Las fuerzas del orden detectaron la presencia de decenas de cámaras en la vivienda del líder criminal y en varias casas aledañas, durante su detención este martes como parte de un gran operativo de 31 allanamientos, precisó el diario.
El sistema de cámaras encontrado durante la operación de la Sección Especializada contra el Crimen Organizado del Organismo de Investigación Judicial (OIJ) y la Fiscalía Adjunta Especializada en Delincuencia Organizada, comprendía otros dispositivos colocados dentro de la citada comunidad.
La estructura de monitoreo de Shaggy y su banda –explica la publicación- era controlada por una persona casi las 24 horas del día, lo cual permitía detectar siempre cuando se acercaban patrullas, policías o personas desconocidas ajenas a la actividad narco, explicó el subdirector interino del OIJ, Michael Soto.
«La incursión hacia este lugar –agregó- disponía de algún nivel de complejidad, porque las cámaras instaladas en los alrededores detectaban cualquier movimiento al ingresar a León XIII, desde la entrada hasta un kilómetro”.
Los agentes tuvieron que recurrir a cierta estrategia “para poder ingresar al sitio y dichosamente nos fue bien», explicó Soto sobre la operación bajo el nombre de “Los Leones”.
Los agentes capturaron hasta ahora a 14 de los 16 criminales que comprendía el operativo, en el que participaron unos 500 funcionarios entre investigadores, agentes, policías, fiscales y jueces.
Las autoridades desarticularon este martes la banda, dedicada al tráfico de drogas, homicidios y lavado de dinero, mediante un operativo que comprendió 31 allanamientos.
La acción policial capturó armas de fuego, incluidos fusiles AR-15, una alta cifra en efectivo, vehículos de alta gama, y documentos de propiedad sobre supuestos negocios para legitimación de capitales, como pulperías y una empresa de fumigación.
Según el director interino del OIJ, el grupo criminal era conocido por su extrema violencia y por una pugna territorial con otra banda que causó 22 muertes en los últimos tiempos, precisó la televisora.
Quesada, el jefe conocido con el alias de «Shaggi», un líder extremadamente violento que tomó el control del grupo tras la detención del anterior, ganó poder mediante asesinatos internos, incluida la eliminación de antiguos compañeros y mandos medios, agregó el funcionario.
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