Mediante un comunicado, la sede diplomática en Tokio recordó que China protestó por un comentario de la primera ministra, Sanae Takaichi, en el Parlamento, a principios de noviembre, sobre una posible emergencia en Taiwán.
La mandataria sugirió que un eventual ataque contra dicha isla, por parte de China continental, podría obligar a Japón a responder militarmente.
Como respuesta, desde el 14 de noviembre, el Ministerio de Asuntos Exteriores de China instó a sus ciudadanos a abstenerse de visitar Japón y la Embajada aquí reiteró dicho llamado este jueves.
Además, lo justificó también con un aumento –en los últimos meses- de incidentes discriminatorios contra ciudadanos chinos en suelo nipón. Un informe del consulado chino refleja un marcado incremento de casos en el mes actual, con abusos verbales y agresiones físicas.
El gobierno de Japón informó la víspera que desplegará sistemas antimisiles en una cadena de islas cercana a Taiwán.
Aunque el ministro de Defensa de Japón, Shinjiro Koizumi, explicó que “se trata de equipamiento con fines de defensa, no para atacar a otros países”, China acusa a Japón de generar tensión intencionalmente y de emprender “el erróneo camino del rearme militar”.
El lugar escogido para el despliegue, aún sin fecha precisa, es el archipiélago Nansei, el más meridional de Japón y que incluye la isla de Yonaguni, ubicada a poco más de 100 kilómetros de la costa de Taiwán.
Debido a la creciente polémica, las compañías vinculadas al turismo y al comercio minorista en Japón reportaron una baja de sus acciones, pues China deviene la principal fuente de turistas de este archipiélago asiático.
La Organización Nacional de Turismo de Japón registra que 8,2 millones de chinos visitaron este territorio entre enero y octubre de 2025, lo cual los convierte en el grupo más grande de viajeros por país o región.
La reacción del mercado nipón ha reflejado la enorme dependencia del turismo chino, considerado su principal fuente de visitantes extranjeros y un motor clave para sectores como la moda, la hostelería y el consumo de lujo.
El Ministerio de Defensa del gigante asiático subrayó que las declaraciones de Takaichi sobre Taiwán constituyeron una injerencia grave en los asuntos internos del país.
Además, enfatizó que las afirmaciones enviaron una señal equivocada a las fuerzas que promueven la independencia de esa isla.
En tanto, el portavoz de la Cancillería china Lin Jian alegó que las palabras de la líder japonesa constituyen una provocación flagrante y violan el principio de una sola China, los cuatro documentos políticos conjuntos y las normas básicas de las relaciones internacionales.
Asimismo, apuntó que el uso histórico del término “crisis existencial”, empleado por la primera ministra nipona ante el Parlamento de su país al hablar de Taiwán, sirvió al militarismo japonés para justificar invasiones anteriores contra China.
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