De acuerdo con el texto publicado en Geophysical Research Letters, los investigadores comprobaron que esta grieta sigue separando Asia y África a un ritmo aproximado de medio milímetro al año.
Analizaron la forma de la falla y los ríos que la atraviesan, así como la ubicación y la altura sobre el nivel del mar de antiguos arrecifes de coral.
Las tasas actuales de extensión son más lentas que las anteriores en la falla, pero aún comparables a las de regiones en proceso de distensión activa, como la Cuenca y la Cordillera de Estados Unidos, explica la pesquisa.
Y agrega que esta actividad inesperada desafía la idea tradicional de que las fallas simplemente «fallan» y se vuelven inactivas; en cambio, la falla de Suez continúa distendiéndose a un ritmo reducido, a pesar de que la mayor parte del movimiento de las placas y la mayor parte de la deformación se desplazan a otras partes.
De acuerdo con los investigadores, sus hallazgos sugieren que los científicos necesitan estudiar mejor cómo evolucionan las fallas continentales supuestamente «muertas» en todo el mundo, ya que podrían seguir extendiéndose.
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