Con el empleo de datos satelitales avanzados y aprendizaje automático, los investigadores rastrearon más de una década de cambios en la biomasa forestal superficial, la cantidad de carbono almacenado en los árboles y la vegetación leñosa.
El equipo, dirigido por especialistas del Centro Nacional de Observación de la Tierra de las Universidades de Leicester, Sheffield y Edimburgo, en Reino Unido, descubrió que si bien África ganó carbono de 2007 a 2010, la pérdida generalizada de bosques en las selvas tropicales ha inclinado la balanza desde entonces.
De 2010 a 2017 el continente perdió aproximadamente 106 mil millones de kilogramos de biomasa forestal al año, lo que equivale al peso de unos 106 millones de automóviles.
Las pérdidas se concentran en los bosques tropicales húmedos latifoliados de países como la República Democrática del Congo, Madagascar y partes de África Occidental, impulsadas por la deforestación y la degradación forestal.
Para el profesor Heiko Balzter, autor principal del estudio y director del Instituto para el Futuro Ambiental de la Universidad de Leicester, esta es una llamada de atención crucial para la política climática global.
“Si los bosques africanos ya no absorben carbono, significa que otras regiones y el mundo en su conjunto deberán reducir aún más las emisiones de gases de efecto invernadero para mantenerse dentro del objetivo de 2 °C del Acuerdo de París y evitar un cambio climático catastrófico”, afirmó.
La investigación se basó en datos del instrumento láser espacial GEDI de la NASA y de los satélites de radar ALOS de Japón, combinados con aprendizaje automático y miles de mediciones forestales sobre el terreno.
El resultado es el mapa más detallado hasta la fecha de los cambios en la biomasa en el continente africano, que abarca una década y con una resolución suficiente para capturar los patrones locales de deforestación.
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