“Nosotros como productores le damos al Gobierno tres días para que nos solucione los problemas que tenemos sobre el diésel y el precio; en caso contrario, vamos a tomar las carreteras, vamos a tomar los pozos petroleros y esto va a ser indefinido”, aseguró la víspera el dirigente del sector, Salomón Cabral.
Advirtieron los movilizados que la escasez del hidrocarburo paraliza maquinaria agrícola e impide avanzar en las faenas productivas.
Indican que a ello se suma una fuerte caída del precio de la soya en el mercado, situación que no se registraba desde hace años, según explicaron.
“Estamos cada vez más preocupados, más que todo por el precio de la soya, que se ha venido bajando cada vez más”, sostuvo la agricultora Elsa Coca.
Exige este sector que el Ejecutivo establezca controles efectivos para garantizar el abastecimiento del carburante, evite mayores perjuicios en una de las principales ramas de la producción agropecuaria y, por tanto, sostén de buena parte de la economía cruceña.
Hasta el mediodía de este lunes, el Gobierno nacional no ha publicado una respuesta oficial a los reclamos del sector soyero ni respecto al desabastecimiento de diésel.
Ante la ausencia de este tipo de combustible, transportistas de varias regiones del país criticaron al Gobierno del presidente, Rodrigo Paz, que prometió garantizar una normal provisión del carburante desde el 8 de noviembre último.
Paz y su vicepresidente, Edmand Lara, fueron juramentados ese día, ante la cruz del cristianismo y la biblia, como las principales autoridades del país, y 24 horas después el nuevo jefe de Estado presentó a su gabinete ministerial, al cual tomó juramento.
El dignatario afirmó en ese discurso que, con el objetivo de paliar la falta de hidrocarburos en el país, desde la misma fecha de su juramentación estaban ingresando cisternas para abastecer el mercado nacional.
La televisión lo mostró 24 horas después, a bordo de una camioneta y vestido informalmente, junto a otras autoridades al frente de un convoy de carros cisternas con hidrocarburos que arribó a la planta de Senkata, en la ciudad de El Alto, como parte del plan de refuerzo a la importación de gasolina y diésel por diversos puntos fronterizos del país.
Sin embargo, al cumplirse el primer mes de Gobierno, hoy diversos sectores de la economía expresan inquietud por la escasez de diésel.
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