“Desde esta casa de la justicia, condeno la injerencia del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, cuando amenazó al pueblo hondureño que, si le daban el voto a una valiente y patriota candidata del (oficialista) partido Libre, Rixi Moncada, iban a tener consecuencias”, destacó la mandataria.
Durante la inauguración de modernos edificios judiciales en el oriental departamento de Olancho, Castro aludió a la intrusión del magnate norteamericano, quien tres días antes de los comicios dio su apoyo explícito al candidato presidencial del derechista Partido Nacional, Nasry Asfura.
Denunció que, con su intromisión, Trump violó el principio más sagrado de la Constitución, la soberanía, que reside en el pueblo hondureño, enfatizó.
Respecto a la jornada electoral, afirmó que el pueblo salió a ejercer el sufragio en medio de chantajes, trampas, extorsión y un fraude a través de la manipulación del sistema de transmisión de resultados preliminares, lo que constituye un ataque directo a la voluntad popular, subrayó.
“Los conservadores de Washington han tomado la decisión de aliarse con el narcotráfico, el crimen organizado y las maras que durante 12 años y siete meses operaron con impunidad desde el propio Estado”, expresó la presidenta, en alusión a los gobiernos nacionalistas que le precedieron.
Opinó que esas alianzas buscan restaurar el viejo orden que convirtió a Honduras en un narcoestado, obligó a miles de sus compatriotas a emigrar y “pretende impedir que el pueblo avance en su proceso de refundación”, remarcó.
Sobre el reciente indulto concedido por Trump al exgobernante hondureño Juan Orlando Hernández (2014-2022), antiguo líder del nacionalismo, recordó que fue condenado por una corte de Nueva York a 45 años de prisión por traficar cientos de toneladas de cocaína a la potencia del norte.
“Podrán perdonarle la pena, pero sus delitos y crímenes no se olvidan”, indicó.
Castro enmarcó las irregularidades registradas en los comicios del domingo 30 de noviembre en un “golpe electoral en curso”.
En esa línea, anunció que su administración denunciará ese fraude ante Naciones Unidas, la Organización de Estados Americanos, la Unión Europea, la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños y otros organismos internacionales.
“Mi deber como presidenta y como mujer que surgió de la resistencia es defender la democracia, la dignidad nacional y la voluntad soberana del pueblo”, advirtió.
Llamó al pueblo hondureño a rechazar los resultados de las elecciones por estar “viciadas de nulidad”.
“El pueblo hondureño jamás debe aceptar elecciones marcadas por la injerencia, la manipulación y el chantaje, la refundación de Honduras no acepta sumisión”, sentenció la mandataria.
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