«Rusia llama a las partes involucradas en la crisis a volver a una solución política de conformidad con los compromisos previamente asumidos en el marco de las plataformas de negociación existentes», resalta el comunicado.
La Cancillería aclaró que Moscú ve con gran preocupación la información sobre una nueva escalada en las provincias orientales de la RDC.
«Rusia apoya los esfuerzos de la comunidad africana para encontrar formas de resolver la crisis en el este de la RDC basándose en el principio de ‘soluciones africanas a los problemas africanos'», concluyó el Ministerio.
El 10 de diciembre, se informó que los miembros del grupo rebelde Movimiento 23 de Marzo (M23) tomaron sin resistencia la ciudad portuaria de Uvira de la RDC, que cuenta con 400 mil habitantes.
A inicios de diciembre, a pesar del acuerdo de paz firmado en Washington por los líderes de Ruanda y la RDC, los combatientes del M23, apoyados por las Fuerzas de Defensa de Ruanda, intensificaron su ofensiva en la provincia de Kivu del Sur, en el este. Los rebeldes avanzaron hacia Uvira, una ciudad de importancia estratégica situada a orillas del lago Tanganica.
En los últimos años, el supuesto apoyo de Ruanda al grupo rebelde M23 (predominantemente tutsi) exacerbó la crisis en la región este de la RDC, con una escalada dramática a inicios de 2025 que llevó a la captura de las ciudades de Goma y Bukavu por los rebeldes, provocando la ruptura de relaciones diplomáticas el 26 de enero.
El M23 se disolvió en noviembre de 2013 tras una grave derrota militar, pero en noviembre de 2021 los rebeldes retomaron las armas, acusando a las autoridades de la RDC de incumplir con los acuerdos que preveían la admisión de sus combatientes desarmados al Ejército del país.
El conflicto entre el gobierno de la RDC y el M23 es uno de los más sangrientos de África desde la Segunda Guerra del Congo (1998-2003), y solo entre enero y febrero pasado le costó la vida a más de siete mil personas.
Las partes en conflicto firmaron, el pasado 14 de octubre, un acuerdo para establecer un mecanismo de monitoreo del alto el fuego en las provincias de Kivu Norte y Kivu Sur que era uno de los dos pasos clave previos a las negociaciones para un acuerdo de paz integral.
Sin embargo, desde la firma del documento, el gobierno de la RDC y los representantes del M23 se han acusado mutuamente y de forma recurrente de violar los términos del acuerdo y de cometer crímenes contra la población civil.
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