La iniciativa, que fue aprobada el marzo último por la Cámara de Representantes, corrió la misma suerte que una similar presentada por el Ejecutivo y que también naufragó en abril del año pasado en la Comisión Séptima, de mayoría opositora.

El ministro del Interior, Armando Benedetti, rechazó el hundimiento del proyecto.

“Esperaron hasta el último día para hundir la Reforma a la Salud y así no poder revivirla en plenaria como hicimos con la Laboral. Han jugado con la salud de los colombianos de una forma cochina y barata”, escribió en su cuenta de la red social X.

Como parte de su articulado, el proyecto proponía la transformación integral del sistema de salud, con la introducción de modificaciones que buscan mejorar la atención, accesibilidad y calidad de los servicios, sobre todo en lo que respecta a la atención primaria.

A juicio del presidente, Gustavo Petro, el sistema actual es insostenible porque el dinero destinado para ese fin es hurtado por lo cual debe ser reformado en su totalidad.

“Se lo roban a partir de la construcción de un sistema de salud que se sustenta no en el derecho a la salud que tiene todo ser humano, sino en un sistema de aseguramiento financiero, que concibe la salud como un negocio”, afirmó.

Según cifras divulgadas por el Gobierno, el sobrecosto por intermediación en las medicinas asciende hasta en un 65 por ciento.

El jefe de Estado remarcó antes que la reforma contemplaba la eliminación de la intermediación financiera y la reducción de los costos asociados a los medicamentos mediante producción e importación públicas.

Estas medidas, afirmó, habrían generado una disminución sustancial en el gasto global del sistema sanitario.

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