La entidad gubernamental sostuvo que de ese número, un 21 por ciento lo haría en menos de cinco años, algo que no comparten análisis de otras fuentes.

La inmigración hacia territorio norteño varió en los últimos años de un componente económico y de seguridad hasta un componente netamente económico tras las medidas adoptadas por el gobierno contra las pandillas, las cuales obligó al éxodo de muchos pobladores.

Una encuesta similar en 2022 marcó que el 60.2 por ciento abrigaba la esperanza de retornar, de los cuales un 18.7 ya tenía planes de volver.

Los migrantes salvadoreños envían ayudas familiares que representan más de un cuarto del producto interno bruto (PIB) del país y benefician a miles de familias, muchos sin acceso al mercado laboral o que trabajan de manera informal, según organizaciones de la sociedad civil.

En Estados Unidos viven cerca de 2.5 millones de salvadoreños, concentrados principalmente en California, Texas, Maryland, Nueva York y Washington D.C., con aproximadamente 1.4 millones nacidos en El Salvador y un número significativo viviendo en situación migratoria irregular.

Aunque el 21.4 por ciento quisiera retornar en los próximos cinco años, un 23.9 volvería en los siguientes 10 años y un 35.6 después de ese período.

La pesquisa del Banco precisó que el interés de regresar de los que viven legal en territorio norteño (51.2) es superior a los que “viven en la sombra” (44.4 por ciento).

Algunos análisis sostienen que no es tan real el deseo de retornar al país, pues en la nación norteña encuentran trabajos que les permiten mantener a la familia, y muchos regresarían si eso ocurre a través de la deportación.

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