Por 17 votos contra siete, esa junta senatorial certificó una iniciativa que reduce castigos y acelera la progresión de régimen para procesados por delitos contra el Estado Democrático de Derecho.

El texto, que ya había sido aprobado por la Cámara de Diputados el 8 de diciembre, quedó listo para su votación en el pleno del Senado y fue incluido en la agenda por su presidente, Davi Alcolumbre.

La propuesta impacta de lleno en las condenas derivadas de los actos golpistas del 8 de enero de 2023 y, según cálculos de aliados de Bolsonaro, podría acortar de forma significativa el tiempo de prisión efectiva de los sentenciados, incluido el propio exmandatario ultraderechista.

El núcleo del proyecto establece un mecanismo de progresión de pena más rápido para quienes hayan sido condenados por crímenes contra el Estado Democrático de Derecho.

Respecto a los hechos del 8 de enero, los condenados podrían pasar al régimen semiabierto tras cumplir un 16 por ciento del correctivo en condición cerrada, frente al 25 por ciento exigido por la legislación vigente.

Además, el contenido introduce una reducción de pena de entre uno y dos tercios para quienes hayan actuado en contexto de multitud, siempre que no sean considerados líderes ni financistas.

También define que, si hay condenas simultáneas por intento de golpe de Estado e intento de abolición del Estado, no se sumarán las penas: prevalecerá la más grave.

Otro punto relevante es el reconocimiento del tiempo dedicado al estudio y al trabajo durante el arresto domiciliario como parte del cómputo para reducir la sanción.

El relator en el Senado, Esperidião Amin, introdujo cambios para evitar que el proyecto regresara a la Cámara baja y, al mismo tiempo, para cerrar brechas legales que podrían beneficiar a delincuentes comunes.

Durante la sesión, senadores del gobernante Partido de los Trabajadores intentaron postergar la discusión hasta 2026 mediante distintas solicitudes, todas rechazadas. La aprobación frustró así un intento de dilatar el trámite.

Con las nuevas reglas, Bolsonaro, condenado a 27 años y tres meses de cárcel cumpliría cerca de dos años y cuatro meses en régimen cerrado, considerando también beneficios por estudio y el período de reclusión en casa.

Por las normas actuales, el expresidente solo podría aspirar al régimen semiabierto alrededor de 2033.

Si el texto es aprobado en el pleno del Senado, sin nuevas modificaciones y se valida la estrategia de Amin para evitar cambios sustanciales, el proyecto será enviado al presidente Luiz Inácio Lula da Silva, quien podrá sancionarlo o vetarlo, total o parcialmente.

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