Desde el inicio del proceso, el hombre aceptó su responsabilidad en ese crimen que conmocionó al mundo en 2022.
“Es cierto. No cabe duda de que lo hice”, declaró Tetsuya Yamagami, de 45 años de edad, ante el Tribunal del Distrito de Nara, durante la primera vista.
Tras su arresto, el acusado fue sometido a una evaluación psiquiátrica de seis meses y declarado apto para enfrentar juicio.
El asesinato ocurrió mientras Abe pronunciaba un discurso en apoyo a candidatos del gobernante Partido Liberal Democrático, la organización por la que llegó a ocupar el cargo de primer ministro de 2006 a 2007 y de 2012 a 2020.
Yamagami sorprendió en el acto con una pistola artesanal y los fiscales alegan que las consecuencias del crimen no tiene precedentes en el Japón de la posguerra.
Mientras la defensa dijo que la personalidad del agresor y comportamiento fueron moldeados por una crianza marcada por el abuso religioso, la fiscalía rechazó la utilización de la difícil crianza del acusado para justificar «una sentencia sustancialmente reducida».
Este juicio marca un momento clave en la historia reciente de Japón, no solo por el impacto político del asesinato, sino también por el debate que ha generado sobre la seguridad de los líderes y el control de armas en el país.
De acuerdo con lo previsto, la sentencia se anunciaría en enero de 2026.
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