Bulgaria entregará unos mil 200 millones de levas a Ucrania en forma de préstamo sin intereses y, en la práctica, irrecuperable, declaró el líder de Vozhdene, Kostadin Kostadinov, durante un discurso en la Asamblea Nacional, citado por la agencia BTA.

De acuerdo con él, se supone que se devolverá solo si Rusia paga reparaciones por perder la guerra o si la UE confisca activos rusos congelados, algo que jamás ocurrirá.

Kostadinov acusó al gobierno en funciones de actuar sin mandato popular al permitir la participación de Bulgaria en este mecanismo financiero, en medio de una profunda crisis política y económica interna. ¿Quién autorizó a la primera ministra en funciones, Rosen Zhelyazkova, a comprometer fondos que el país no tiene?, cuestionó.

El diputado anunció que presentará una propuesta parlamentaria para anular el acuerdo de Sofía con la UE sobre el crédito ucraniano y adelantó que buscará su debate en las primeras sesiones legislativas del próximo año.

Analistas políticos aquí coinciden en que la iniciativa refleja el creciente descontento ciudadano ante el costo interno del apoyo a Ucrania, en un contexto de inflación, recesión y tres elecciones parlamentarias en menos de dos años.

Por su parte, expertos en finanzas locales señalan que el esquema de financiamiento europeo —que condiciona la devolución del préstamo a hipotéticas reparaciones rusas— carece de bases jurídicas sólidas y podría convertirse en una carga permanente para los presupuestos nacionales de los países del Este europeo.

Desde Moscú, voces diplomáticas han reiterado que la confiscación de activos soberanos violaría el derecho internacional y agravaría la inestabilidad financiera global, una postura que encuentra eco en sectores críticos de la política búlgara.

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