El mosaico fue descubierto el pasado marzo, en el marco de las labores de retirada de escombros y excavación tras el seísmo de magnitud 7,7 que sacudió el sur de Türkiye y el norte de Siria, seguido horas después por otro terremoto de magnitud 7,6 y cientos de réplicas, que provocaron cuantiosas pérdidas humanas y materiales en ambos países.
La pieza, de 17,5 metros de longitud, presenta elaborados motivos geométricos y data de la Antigüedad Tardía, un periodo histórico que abarca aproximadamente entre los siglos V y VI d. C., etapa de transición entre la Antigüedad Clásica y la Edad Media en Europa y la cuenca mediterránea.
El arqueólogo Ozan Demir informó a la agencia Anadolu de que los trabajos de excavación del mosaico concluyeron, y precisó que las labores para sacar a la luz los restos arquitectónicos de la zona continúan a buen ritmo, con la participación de dos arqueólogos y ocho trabajadores.
Según Demir, el mosaico será trasladado al museo en 2026, mientras que las excavaciones proseguirán en otros sectores del yacimiento con el objetivo de reconstruir el entramado arquitectónico y obtener nuevos datos arqueológicos.
No se trata de un mosaico propio de la vivienda de una persona común, lo que indica que este lugar perteneció a alguien de elevado estatus social, aclaró.
Por su parte, el arqueólogo Mert Nalbandoğlu subrayó la relevancia del hallazgo, al destacar el excelente estado de conservación del mosaico y la presencia de una inscripción, elementos que refuerzan su valor histórico y científico.
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