Un análisis de la corporación periodística japonesa NHK, basado en datos del Ministerio del Interior, muestra que en la última década la población extranjera creció en más de mil 700 municipios del país, lo cual representa el 96 por ciento del total.
En más de la mitad de ellos (51 por ciento), la cifra de residentes foráneos se duplicó o superó el doble desde 2015.
Grandes ciudades como Osaka y Yokohama (prefectura de Kanagawa) reportaron más de 72 mil y 48 mil residentes extranjeros, respectivamente.
Mientras entre las zonas rurales con aumentos notables destaca Akaigawa (prefectura de Hokkaido), cuya población foránea se vio multiplicada por 19,5.
Según Menju Toshihiro, profesor visitante en la Universidad de Estudios Internacionales de Kansai, el déficit de mano de obra explica el incremento en municipios que antes tenían pocos residentes no nipones.
Estos municipios enfrentan limitaciones financieras y humanas para brindar apoyo, además de una escasez de clases de japonés, reconoció.
Menju instó al gobierno a reforzar las medidas de apoyo, en línea con su política de aceptación de ciudadanos foráneos, para garantizar una mejor integración en comunidades locales.
La actual crisis demográfica de Japón plantea diversas interrogantes y retos al gobierno y la población, con una deprimida tasa de natalidad y rápido envejecimiento.
De acuerdo con los últimos datos del Ejecutivo, la población continúa contrayéndose y las cifras exponen un empeoramiento de la situación demográfica, con una fuerza laboral cada vez más pequeña y una comunidad anciana en aumento.
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