En un comunicado, la organización denunció que el fascismo arraigado en la Casa Blanca ha desplegado en las últimas semanas, en medio de la decadencia de su poder imperial, un cúmulo de acciones hostiles contra los pueblos del mundo, y en particular contra América Latina y el Caribe, con la intención de revivir la doctrina Monroe.
El texto señala que el principal blanco de esas acciones ha sido el pueblo bolivariano de Venezuela, que —con unidad, firmeza y valentía heredadas del comandante Hugo Chávez y con sus líderes al frente— continúa resistiendo las presiones externas.
“Estamos seguros de que vencerán las viles pretensiones neocolonizadoras”, afirmó el movimiento.
Añadió que las agresiones responden a la decisión soberana de Venezuela de construir su propio destino y, en especial, a su condición de poseer las mayores reservas de petróleo del mundo, lo que despierta intereses foráneos orientados, una vez más, al saqueo de recursos ajenos.
El comunicado denunció además el intento estadounidense de revivir la política de las cañoneras para intimidar a los pueblos, y destacó que Venezuela, con su ejemplo de dignidad y gallardía, fortalece la unidad con los pueblos latinoamericanos, caribeños y del mundo para enfrentar las amenazas imperiales.
La organización afirmó que el pueblo de (Augusto C.) Sandino y de Carlos Fonseca cierra filas en torno a sus principales líderes, los copresidentes Daniel Ortega y Rosario Murillo, quienes recientemente, en nombre del Gobierno de Nicaragua, expresaron su solidaridad invariable con el pueblo heroico de Bolívar y Chávez.
Asimismo, el movimiento unió su voz a la de otros pueblos de la región para condenar las pretensiones imperiales que, según el texto, continúan cobrando vidas inocentes en su afán de dominación y explotación.
Reafirmó el compromiso de Nicaragua con la defensa de la vida, la paz y la prosperidad de los pueblos de América Latina y el Caribe, y reiteró la vigencia de la declaración de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) en La Habana en 2014, que proclamó a la región como zona de paz.
El pronunciamiento instó a la comunidad internacional a respetar esos compromisos y a los pueblos a defenderlos en todos los espacios, en aras de la soberanía, la independencia, la dignidad y el derecho a vivir en paz.
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