Aparece en la carta de los restaurantes, pero también —y sin tanta etiqueta— los transeúntes pueden hacer una parada en cualquier puesto improvisado en el congestionado Puerto Príncipe para almorzar una ración antes de proseguir con los menesteres del día.

Siempre hay opciones para acompañarlo y cada cual lo hace según sus gustos. Algunos comensales piden pescado seco,mientras que otros prefieren verduras, frijoles, aguacate o una porción de carne con una espesa y olorosa salsa.

La mayoría de las personas degustan el MayiMoulen con el arenque salado aromatizado con chile y el caldo de los frijoles negros, o incluso dejarle caer un cucharón de potaje de judías.

Su mayor demanda es en las zonas de labranzas, pues los agricultores son quienes más lo consumen antes del largo día de trabajo.

Este platillo es muy completo por su alto contenido nutricional. Además, es muy fácil de preparar, basta con escoger unos dientes de ajo, sofreírlos en aceite, agregarle una pastilla de caldo, agua y sal al gusto.Tan pronto como comienza a hervir es el momento de incorporar la harina de maíz, que puede ser fina o gruesa, y contener granos o no. Algunos prefieren incorporarle sémola, para evitar los grumos.

El MayiMoulen se cocina a fuego lento, removiéndolo constantemente con una cuchara de madera durante 40 minutos. Quien lo elabora debe mantener toda su atención e ir vertiendo agua en la cazuela para que no quede demasiado compacto. Para finalizar,se le agrega mantequilla, tomillo y perejil.

(Tomado de Orbe)