Al diamante capitalino Carlos Cano, con la doble victoria del pasado martes 7-0 y 5-0, se presentaron la víspera en la noche los favoritos precompetencia de la mano de su principal abridor, el de la mayor de las Antillas Alain Román.

En duelo pactado a tres sonrisas de cinco encuentros, Lanquetin selló por la vía del nocaut en seis inning 10-3, apoyado además en par de cuadrangulares de Fabián Vizcaíno, así como uno pér capita para Alex Funes y Manuel Hernández.

Román, quien se apuntara el segundo ganado de esta llave decisiva, al término del choque se mostró muy contento y consideró que el principal protagonista es Dios, “que nos da la salud, la sabiduría”, subrayó.

En declaraciones a Prensa Latina, el natural de la oriental provincia de Guantánamo, radicado hace años en Ciego de Ávila, comentó que pitchear una final siempre es bueno y que lo tengan en cuenta para abrir los juegos es muy importante.

Reiteró su alegría, “porque aparte de ganar estos nos sirve de preparación para el panamericano de la disciplina que enfrentará Cuba en el mes de abril”.

El estelar lanzador destacó que “en Guatemala se vive un ambiente de softbol muy grande, se juega todos los días, por la noche, al duro, hay equipos con garra, con calidad, lo cual contribuye como fogueo”.

Junto al receptor, también cubano Reinier Vera, agradeció en sus palabras a este país, donde actúa desde 2017, y al equipo Lanquetin por hacerlos parte de su familia.

El máximo ganador de títulos en la historia del softbol local, llegó a esta instancia luego de vencer sin complicaciones 7-0, 10-4 y 7-0, a Tipografía Nacional.

Su rival en esta primera fase final de la categoría mayor avanzó al sorprender a Castilla con pizarras de 7-5, 8-5 y 8-4.

La segunda vuelta (especie de clausura) iniciará la próxima semana, y si vence en definitiva Lanquetin, estaría sumando su trofeo 19, desde 2005, aunque archivan asimismo el de 2000, 2001, 2002 y 2003.

Analistas afirmaron aquí que ningún otro combinado en este territorio centroamericano, en deporte alguno, brilló tanto en la cima como Lanquetin, una verdadera aplanadora.

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