Un nota de prensa divulgada por el organismo advirtió que un ataque a la urbe tendría consecuencias devastadoras para la población civil en una zona que ya está al borde de la hambruna.
El texto reiteró el llamado del secretario general, António Guterres, a todas las partes en guerra para que se abstengan de luchar en la zona, que alberga a cientos de miles de sudaneses, muchos de ellos desplazados.
Reportes de la prensa local consideran que la escalada podría desencadenar una masacre en El Fasher mientras las Fuerzas paramilitares de Apoyo Rábido (RSF) rodeaban la ciudad, el último bastión del gobierno en la región.
La ONU aseguró que se trata de un inminente un movimiento coordinado para atacar la urbe mientras las Fuerzas Armadas Sudanesas, rivales de las RSF, parecen estar posicionándose.
De acuerdo con la nota, el enviado personal de Guterres para Sudán, Ramtane Lamamra, permanece en contacto con ambos contrincantes con el objetivo de reducir las tensiones.
El Fasher es la única zona que queda en Darfur no controlada en su totalidad por las RSF.
La ciudad alberga a cientos de miles de desplazados internos, incluidos supervivientes de los ataques anteriores de la RSF que buscaron refugio en el área.
La situación es particularmente grave para las mujeres y las niñas, víctimas de una amenaza constante de violencia tanto dentro del Sudán como en campamentos de refugiados al otro lado de la frontera con Chad.
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