Mi decisión en ese sentido se mantiene inalterable, señaló el jefe de gobierno germano, quien ya debió pronunciarse en ese sentido en varias ocasiones ante la insistencia de la prensa de retomar la petición hecha por Kiev para la entrega de ese tipo de armamentos.
El pasado 5 de marzo, el ministro alemán de Defensa, Boris Pistorius, se vio obligado a negar la toma de alguna decisión sobre el envío de misiles cruceros Taurus a Ucrania, tras filtrarse grabaciones de militares referidas a esa posibilidad.
No vamos a suministrar Taurus a Kiev, aclaró Pistorius, después que medios rusos de difusión expusieron cinco días antes 38 minutos de pláticas entre cuatro oficiales germanos donde hablaban de los Taurus.
Eso solo fue una conversación entre expertos por teléfono y ello no debió transmitirse a través de la Webex por una conexión abierta, lamentó el titular de Defensa, a quien la prensa en esta urbe presentó enojado al descubrirse el contenido del intercambio entre los uniformados.
No existe ninguna decisión política, ni por parte del canciller federal, ni por la mía, sobre la entrega de los cohetes cruceros a Ucrania, subrayó entonces Pistorius.
Solo se trató de una conversación teórica entre representantes de la esfera militar, consideró el ministro al comentar la filtración, donde los implicados debaten sobre la cantidad de misiles Taurus necesarios para destruir el puente de Crimea, en la región rusa de igual nombre.
Los participantes en el intercambio también se refirieron a las vías para limpiar cualquier rastro, en caso de realizarse el ataque, de una participación alemana, mientras que se mencionaba la posibilidad de emplear para ello a aviones de combate británicos.
De igual forma, en la grabación se afirmaba que militares de Estados Unidos y el Reino Unido, entre otros países occidentales, ya operan en Ucrania, donde las autoproclamadas repúblicas de Donetsk y Lugansk denunciaron ocho años de genocidio practicado por Kiev.
Al referirse en su momento a esa causa, el 22 de febrero de 2022, el presidente ruso, Vladimir Putin, ordenó una operación bélica para proteger a la población de esas regiones sublevadas, así como para desmilitarizar y desnazificar a la vecina nación.
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