La entidad científica informó que la dirección de dispersión de las columnas provoca el desplome de material fino en zonas ubicadas al este y noreste, tales como San Miguel Dueñas, Alotenango, Ciudad Vieja y Antigua Guatemala.

Detalló que debido a esta situación se genera el descenso de flujos piroclásitcos, desde la cúpula del cráter hacia los flancos noreste, este y suroeste.

En estas direcciones se encuentran los municipios de Olintepeque, Salcajá, Almolonga, Cantel, Zunil, y Quetzaltenango, cabecera del departamento del mismo nombre, acotó.

El Insivumeh recomendó a la Aeronáutica Civil tomar las precauciones con el tráfico aéreo en la zona de los volcanes de Fuego y Santiaguito.

Ello, acotó, por la presencia de ceniza en el perímetro, en un radio de por lo menos 30 kilómetros, a alturas inferiores a los cinco mil metros sobre el nivel del mar.

Llamó a considerar la variabilidad de la dirección del viento a diferentes alturas y que las corrientes aceleradas pueden dispersar la ceniza a distancias aún mayores.

Pidió al Instituto Guatemalteco de Turismo instruir a las agencias, guías y visitantes sobre los peligros que representa el ascenso y permanencia en las áreas señaladas.

Instó a los pobladores atender las evaluaciones que las autoridades brinden con respecto al tema, tanto de prevención como de respuesta, así como no permanecer cerca ni dentro de los cauces que descienden.

El Instituto Geográfico Nacional destaca únicamente 32 volcanes en este territorio centroamericano, la Federación local de Andinismo refiere que son 37, mientras que el Insivumeh considera los 287 restantes “focos eruptivos”.

El de Fuego, a solo 45 kilómetros de esta urbe, a pesar del tiempo sigue como uno de los tres volcanes más activos de Guatemala, junto al Santiaguito y el Pacaya, con su última erupción el 4 de mayo de 2023.

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