miércoles 10 de diciembre de 2025

Turismo de colores o conceptuar los viajes

Bruselas, 15 jun (Prensa Latina) Los catedráticos están muy de acuerdo hoy en que los viajes y el turismo como industria constituyen elementos de mucha atención desde el punto de vista económico, incluidas sus conceptuadas tonalidades.

Tal afirmación responde a diversos estudios sobre el tema, que se refuerzan en estos momentos, luego de la pandemia de la Covid-19 que impactó los diferentes mercados y especialidades afines, como aerolíneas, hoteleros, terminales y cruceros.

Por tanto, apareció en la palestra de este sector el otorgar colores a las diferentes maneras de interpretar los viajes, y dependiendo siempre de su objetivo.

Muchos son los documentos que circulan en las redes sociales e Internet al respecto, sobre todo en un micro-mundo de especialistas que tratan de sacarle provecho a sus estudios y ponerlos sobre el tapete.

Como ejemplo, apareció una propuesta presentada a debate en 2013, en el XII Congreso de la Organización de Ciudades Patrimonio Mundial de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) celebrada en Oaxaca (México), repercusión inmediata, y actual para la mayoría de los mercados globales.

Se trató de categorizar las actividades turísticas que buscan las personas, centradas en nichos y viajes muy especializados, definidos a través de colores.

Existe entonces el Turismo Naranja que parte de la mención de la Economía Naranja como el conjunto de actividades que de manera encadenada permiten que las ideas se transformen en bienes y servicios culturales.

En octubre de 2013, los mexicanos Pedro Felipe Buitrago e Iván Duque Márquez presentaron el manual La economía naranja: una oportunidad infinita, editado por el Banco Interamericano de Desarrollo, que dio argumentos.

En este caso, el valor está determinado por su contenido de propiedad intelectual, por lo tanto cuando hablamos de Turismo Naranja nos referimos a la cultura, creatividad e identidad. Por tanto, es un turismo con enfoque sostenible, apoyado en cultura y valores económicos y sociales.

Le sigue el Turismo Negro o Dark tourism, centrado en viajar a lugares asociados con la muerte, el dolor y la tragedia, sitios como los campos de concentración de la Segunda Guerra mundial o al espacio que ocupaban las Torres Gemelas en Nueva York, por poner estos ejemplos.

Por su parte, el Turismo Rosa apunta al segmento LGBT (Lesbianas, Gays, Bisexuales y Transgéneros), mientras el Turismo Verde está enfocado en la naturaleza, modalidad que cobra mucho auge en la actualidad.

Y por último, existe el Turismo Blanco que por una parte algunos expertos lo vinculan a los lugares de nieve o deportes de invierno, pero que los entendidos se acercan más a turismo holístico, enfocado al bienestar físico y mental, algo que también se menciona en cuando a calidad de vida y salud.

Se agrega en este último caso, viajes solos con prácticas de yoga, meditación, alimentarse bien y ejercicios.

rgh/rfc

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