sábado 27 de diciembre de 2025

Luciano De Cecco: el voleibolista argentino que venció al tiempo

El voleibolista argentino Luciano De Cecco alcanzó su sexta participación consecutiva en un Campeonato Mundial
Manila, 17 sep (Prensa Latina) En Filipinas, un argentino desafía hoy al tiempo: Luciano De Cecco alcanzó su sexta participación consecutiva en un Campeonato Mundial, un récord que lo eleva a la inmortalidad del voleibol.

   No se trata solo de números ni de estadísticas frías. Es la historia de un niño de Santa Fe que, con apenas 18 años, debutó en la élite mundial en 2006, cuando aún se buscaba a sí mismo entre el vértigo de la juventud y la solemnidad de una camiseta que lo marcaría de por vida.

   Desde entonces, cada edición del torneo ha sido un capítulo en el libro de su resistencia. Ha visto a generaciones enteras entrar y salir de la selección, ha convivido con victorias que fueron bálsamo y con derrotas que dejaron cicatrices invisibles. Pero él permaneció en pie, como si llevara grabado en la piel un juramento silencioso: nunca abandonar a Argentina.

   En el Smart Araneta Coliseum de Quezon City, hace apenas unos días, escribió la página más reciente de su epopeya. Argentina caía por dos sets ante Finlandia, el público contenía la respiración y entonces el director técnico, Marcelo Méndez, recurrió a la carta guardada, al hombre que a sus 37 años aún encarna la serenidad en medio del naufragio.

   De Cecco ingresó a la cancha y, con la calma de un arquitecto paciente, comenzó a reconstruir un triunfo imposible. Lo logró. Argentina venció 3-2 y él quedó inscripto como el único jugador de este planeta en disputar seis Mundiales seguidos.

   Su carrera es un inventario de gestas: cuatro Juegos Olímpicos consecutivos, una medalla de bronce en Tokio 2020, títulos en Italia y Polonia, temporadas gloriosas en la élite europea. Pero más allá de las vitrinas, su legado se mide en otra dimensión: la del hombre que resistió la tentación del retiro para volver, una y otra vez, porque el amor por la camiseta albiceleste siempre pesó más que el cansancio.

   “Jugar para Argentina es la mejor experiencia de mi vida”, confesó tras la batalla ante Finlandia. Sus palabras no son retórica, son un juramento renovado, casi un conjuro contra el olvido.

   Hoy, mientras el Mundial sigue su curso en Manila, nadie sabe si esta será su última danza. Lo cierto es que, con cada saque, con cada pase, con cada mirada encendida, Luciano De Cecco ya habita el territorio de los mitos. Y como todo mito, no pertenece solo al presente: es eterno.

ro/blc

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