martes 16 de abril de 2024
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Sueños de un bailarín cubano en Angola (+Fotos)

Luanda, 21 mar (Prensa Latina) El bailarín y coreógrafo cubano Luis Miguel Rivero sueña con una compañía de ballet en Angola, un país donde la danza forma parte del ADN de las personas.

Bailarín profesional graduado de ballet clásico en la provincia de Camagüey, en Cuba, luego de seis años de vivir en este país y de ejercer como profesor, siente que hay mucho potencial entre los niños y niñas, tanto para su especialidad como para cualquier manifestación danzaria, comentó a Prensa Latina.

En la Casa de las Artes de Talatona, y en el Colegio Real Siglo XXI, en Viana, en la ciudad de Luanda, su trabajo con los pequeños es apenas un granito de arena, pues subrayó que hay mucho talento que se pierde por no tener acceso a la enseñanza artística.

El ballet es una especialidad que debe iniciarse temprano y tener la guía adecuada, además de dedicar tiempo diario a su práctica para lograr bailarines profesionales en el futuro, algo que no suele suceder aquí, explicó.

Valoró que la nación caribeña podría contribuir mucho más al desarrollo de la enseñanza artística, no solo en las especialidades danzarias, pues con el paso del tiempo la isla ha formado a numerosas personas que podrían trasmitir sus conocimientos.

Este es un país grande, con una riqueza cultural enorme y mucho potencial, estoy seguro que podemos aportar mucho y también aprender, apuntó.

En la Casa de las Artes, Rivero trabaja con el ballet clásico, sin embargo, en el Colegio Real Siglo XXI prepara a los estudiantes en danzas más contemporáneas y algo de folclor, de manera que ha podido experimentar diversas ramas y también el trabajo coreográfico.

Sería bueno incrementar la formación y llegar a tener una compañía de ballet clásico en el país, realizar espectáculos de piezas clásicas, pero también fusionar con elementos de la cultura y las danzas locales, expresó a Prensa Latina.

“He hablado con muchos bailarines de estilo contemporáneo que se están formando poco a poco de manera independiente y creo que saldría un buen resultado al mezclar elementos del clásico con manifestaciones de su propia tierra”, agregó.

EXTRAÑAR Y ECHAR RAÍCES

A sus 31 años Luis Miguel Rivero ya tiene raíces profundas en Angola, pues ha formado una familia que es su razón de ser, mas no deja de extrañar la isla y su gente.

De sus primeros momentos en esta nación africana cuenta que fue un gran choque lidiar con el tráfico caótico de Luanda y la vida agitada de la ciudad.

Lo impresionaron, además, las zungueiras, vendedoras ambulantes que cargan enormes pesos sobre sus cabezas de las cosas más increíbles, que despiertan admiración por eso y por su voluntad de trabajar día a día para conseguir el sustento de sus familias.

Con el tiempo, ellas y la belleza de los paisajes angoleños se le hicieron entrañables, y hoy habla con entusiasmo de las riquezas naturales de estas tierras, de sus frutas dulces y su pescado fresco, con igual conocimiento que cualquier nativo.

A su pequeña de cuatro años trata de trasmitirle lo mejor de ambas culturas, confesó.

“Soy un padre muy cubano, muy cercano, preocupado, cariñoso. No quiero decir que los angoleños no sean preocupados o cariñosos, sino que tenemos maneras diferentes de mostrarlo, en nuestro caso muy involucrados en la vida de nuestros hijos, su educación, en jugar con ellos, y eso influye en su manera de relacionarse con los demás”, comentó.

Aseguró que el tiempo que le dedica a su hija y a su familia es su mayor tesoro, por eso no asume otros compromisos laborales, aunque ha tenido ofertas de trabajo.

Por mi formación profesional me han hecho diversas proposiciones, pero me gusta enseñar a los niños y me permite estar al lado de mi familia, eso es todo lo que deseo.

mem/kmg

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