jueves 12 de diciembre de 2024
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Gran fiesta folclórico-religiosa enarbola protesta en ciudad de Perú

Lima, 4 feb (Prensa Latina) La Fiesta de la Virgen de la Candelaria, una de las mayores expresiones culturales andinas de Perú, agregó hoy a su impresionante despliegue de música, danzas y colorido, un fuerte contenido de protesta.

La festividad, fusión de dos culturas que se escenifica en la ciudad surandina de Puno, retornó tras ser cancelada en 2023 por decisión de las organizaciones sociales lugareñas, como expresión de protesta y luto por la muerte de 20 manifestantes durante manifestaciones contra el ascenso de Dina Boluarte a la Presidencia.

Puno sufrió la mayor parte de las 50 pérdidas de vidas consignadas en los reportes de la Defensoría del Pueblo, entre diciembre de 2022 y marzo de 2023.

La mayoría de los grupos de danzas, comparsas y demás participantes, incluyen de una u otra manera en sus coplas, canciones y lemas, expresiones contrarias al gobierno de Boluarte, declaró a Prensa Latina el conocido periodista puneño Liubumir Fernández.

Mencionó entre las más importantes demostraciones de ese corte la presentada por la comunidad campesina Jatucachi – Pichacani, una de los 127 grupos participantes en el concurso de danzas, parte de las actividades que se desarrollarán a diario hasta el 13 de febrero.

En la competencia que se realiza en el estadio de fútbol de Puno, los danzantes de ese colectivo campesino hicieron una corpografía con la frase “Puno sí es el Perú”, obvia alusión a “Puno no es el Perú” frase desafortunada de la presidenta Boluarte, que la lamentó y aclaró que quiso decir que “Puno no es solo el Perú”.

En el primer día de La Candelaria, nombre corto de la festividad, las agrupaciones participantes guardaron un minuto de silencio en memoria de los puneños caídos en las jornadas de protesta.

Fernández resaltó el caso del conjunto de sikuris (conjunto de instrumentos andinos de viento y coplas) Warawara Wayras del distrito de Huatasani, de la provincia puneña de Huancané recordó en sus cantos a Roger Rolando Cayo Sacaca, uno de sus integrantes, muerto por arma de fuego presumiblemente policial el 9 enero en la ciudad puneña de Juliaca.

Según el testimonio, las comparsas llevaban en sus estandartes de vanguardia símbolos de luto y las que perdieron integrantes en aquellos luctuosos sucesos, consignaban los nombres de sus caídos y frases de dolor por lo sucedido.

“Aimaras y quechuas (dos culturas andinas) bailan en honor a la Virgen de la Candelaria, y piden justicia por el asesinato de decenas de peruanos·, dijo Fernández.

Afirmó que “en Puno no olvidan a todos aquellos que perdieron la vida a manos de las Fuerzas Armadas para que Dina Boluarte se mantenga en el poder”.

Según otras fuentes puneñas, la presencia de la protesta tuvo mayor énfasis debido al malestar causado por declaraciones de miembros del Gobierno que dejaban abierta la posibilidad de que la presidenta visite Puno con motivo de La Candelaria.

El rechazo y las advertencias de protesta se expresaron de inmediato en Puno y el primer ministro, Alberto Otárola, aclaró la semana pasada que la jefa de Estado no visitará ese territorio colindante con Bolivia y ribereño del Lago Titicaca compartido por Perú y el vecino país.

La mandataria anunció posteriormente que enviaría a ministros allí para tratar sobre obras para esa región y la primera en hacerlo fue la titular de Cultura, Leslie Urteaga.

La ministra asistió el 2 de febrero a una actividad con la comparsa de la Policía -prohibida por los organizadores de participar en la fiesta, debido a la represión- y a su salida fue repudiada por los pobladores y, según la prensa local, abandonó raudamente la ciudad.

Urteaga reconoció el derecho de expresión de los puneños y sostuvo que debe dejarse la confrontación y la politización de una fiesta cultural para dar paso al diàlogo por la solución de los problemas de Puno.

El conocido constitucionalista José Regas comentó al respecto que las fiestas andinas como La Candelaria han sido “espacios de politización desde la colonia”.

“Varias rebeliones y desaffos ala autoridad surgieron precisamente en época de celebraciones y en los centros urbanos coincidieron con las elecciones en el siglo XIX”, añadió.

De otro lado, internautas derechistas intentan desacreditar las expresiones de descontento de La Candelaria han atemorizado al turismo y como muestra de ello exhiben fotos de la primera fecha del concurso de danzas, con escaso público en el el estadio puneño.

El analista Diego Quispe apuntó que quienes como él han asistido a La Candelaria saben que esa competencia solo atrae numeroso público en su fase culminante, denominado “Dabza de Luces”, pero “ la ultraderecha llene tantas derrotas, que recoge como un trofeo ver un estadio vacío”.

oda/mrs

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