“El número de víctimas entre los niños es trágico y su futuro está en juego”, afirmó en X (antes Twitter) Philippe Lazzarini, comisionado general del Organismo de Obras Públicas y Socorro de las Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos en Oriente Medio (Unrwa).
Más de medio millón de ellos no asisten a la escuela primaria y secundaria en Gaza, cada día de guerra profundiza las cicatrices y pone en riesgo a una generación perdida vulnerable a la explotación, recalcó.
Lazzarini denunció que “a los niños (en el enclave) se les está robando la infancia”.
Unwra está bajo fuego tras la acusación del gobierno de Benjamin Netanyahu contra 12 de sus 13 mil empleados por presuntamente participar en la operación del Movimiento de Resistencia Islámica (Hamas), el 7 de octubre último.
Tanto la agencia como la ONU anunciaron una investigación inmediata, pero numerosos países occidentales, entre ellos Estados Unidos, Alemania, Francia y Reino Unido, suspendieron su financiamiento, aunque aún no se probaron las denuncias.
Esta semana, el secretario general de la Liga Árabe, Ahmed Aboul Gheit, subrayó que las acusaciones israelíes contra 12 empleados, cuyos contratos fueron cancelados inmediatamente, no debían aplicarse a la labor de miles de trabajadores, la mayoría de los cuales son médicos y maestros.
Nada justifica el castigo colectivo contra más de medio millón de niños palestinos que reciben educación en sus escuelas, incluidos unos 250 mil sólo en la Franja de Gaza, así como 900 mil que reciben ayuda alimentaria en el enclave costero, resaltó.
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