Orbe visitó cinco de las 200 bodegas que existen en esa región autónoma y pudo constatar que elaborar esta bebida allí es un proceso complejo y laborioso.
Aunque comparte una latitud similar con grandes regiones vitivinícolas del mundo, el clima en Ningxia es árido y seco, con lluvias mínimas y largos inviernos.
Para garantizar que los viñedos sobrevivan a esos meses, los viticultores entierran sus vides en un montículo de tierra apilado alrededor de la base de la planta, con el fin de proteger las uvas de las heladas.
La superficie de cultivo y desarrollo de uvas en esa región supera las 38 800 hectáreas y la producción es de 138 millones de botellas, lo cual representa casi el 50 por ciento del total de vinos de bodega elaborados en toda China.
Además, los viñedos reciben anualmente más de dos millones de visitantes y proporcionan anualmente 130 000 empleos a los habitantes locales.
A más de 1000 metros de altura sobre el nivel del mar, la ladera de la montaña Helan pone a Ningxia y al gigante asiático en el mapa de las bebidas de alta gama, con bodegas suntuosas o pequeñas cuyo principal objetivo es cautivar con una copa de vino de esta tierra.
(Tomado de Orbe)