«Tenemos una meta, que es marcar mil goles. Y nuestros mil goles van a ser construir mil institutos federales en ese país, para la gente resolver definitivamente el problema de la educación», afirmó Lula en la ceremonia realizada en el Palacio del Planalto, sede del Poder Ejecutivo, que contó con la presencia de rectores, profesores y estudiantes de los IFS.
Para el gobernante, la educación es el camino para hacer de Brasil «un país del primer mundo» y la formación profesional, según él, es garantía de ciudadanía.
El exsindicalista aseguró que sobre la base de la inversión de la educación «uno puede estar seguro de que Brasil llegará a ser un país de primer mundo, desarrollado».
La propuesta forma parte del llamado Nuevo Programa de Aceleración del Crecimiento, con inversión de tres mil 900 millones de reales (unos 780 millones de dólares).
Durante su discurso, Lula afirmó que la educación es aún más importante y valiosa para las mujeres.
En este momento histórico en que la cuestión de género adquiere una dimensión extraordinaria, la formación de la mujer es un hecho muy importante, indicó.
«Normalmente uno ve a una mujer pasando necesidad, sufre con su compañero, es violada dentro de casa, es agredida, y ella no toma una actitud porque ella no tiene una profesión», razonó.
Así, por medio de la educación profesional, las mujeres pueden disputar una vacante en el mercado de trabajo, recalcó.
«Cuando una mujer tiene una profesión y tiene un salario, y puede costear su vida, ella no va a vivir con ningún hombre que no le guste», certificó el fundador del Partido de los Trabajadores.
Insistió en que la mujer no es inferior a ningún hombre. «Y muchas veces es más competente, más inteligente y tiene mucho más coraje que el hombre. Esa es la ventaja de estudiar, de tener una profesión», subrayó.
También Lula volvió a repetir que, en su gobierno, está prohibido hablar de gasto para referirse a los recursos invertidos en la educación.
«Gasto es dinero de cárcel. Es gastar una fortuna para combatir la droga, el contrabando, el crimen organizado. Eso se gasta», pero no en «la educación, la formación de nuestros hijos, dar tranquilidad a los padres en casa», remarcó.
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