Oficiales citados por los medios de prensa indicaron que unidades del ejército sirio rechazaron un ataque de los terroristas del grupo Estado Islámico, Daesh en árabe, proscrito en la lista del terrorismo internacional, en el desierto de Al-Dawer en el este de la provincia de Deir Ezzor, a unos 450 kilómetros al nordeste de Damasco, la capital.
Según las fuentes, los radicales abrieron el fuego contra puestos de guardia, pero su ataque fue repelido y sufrieron decenas de bajas, sin que se cambie nada en el mapa de control.
Otra ofensiva de esta agrupación extremista fue lanzada contra puntos y puestos de control del Ejército en los desiertos de las ciudades de Sukhna y Palmira y en los alrededores de las localidades de Taybeh y Al-Koum, en el este de la provincia de Homs, a unos 200 kilómetros al nordeste de Damasco.
Por otro lado, cazabombarderos rusos destruyeron una base de los terroristas en la cordillera Bishri en Deir Ezzor, donde perecieron decenas de terroristas, en su mayoría procedentes de la región de Tanef, cerca de la frontera con Iraq, y controlada por las fuerzas de ocupación de Estados Unidos.
En los frentes de Daret Azzah y Bastroun al oeste de la ciudad de Alepo, en el norte del país, las fuerzas sirias, con apoyo de milicias aliadas, repelieron un violento ataque de los terroristas de la llamada Junta para Liberación del Levante, otrora Frente Al-Nousra, inscrita en la lista del terrorismo internacional.
Los uniformados sirios emplearon la artillería pesada y misiles para rechazar la ofensiva, en la que participaron decenas de terroristas de nacionalidades extranjeras.
Siria enfrenta una guerra impuesta desde 2011, y aunque su ejército, con el apoyo de sus aliados Rusia e Irán, liberó la mayor parte del territorio nacional de los radicales, ocurren algunos ataques que Damasco atribuye a grupos apoyados desde el exterior para seguir desestabilizando al país.
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