Prensa Latina pudo comprobar el cierre de las consultas externas en algunos hospitales públicos de la capital y de escuelas, lo cual coincide con el llamado de las centrales sindicales a permanecer en las casas como forma de protesta.
El portavoz de las organizaciones de trabajadores, Teixeira Cândido, dijo el pasado lunes que no sería necesaria la presencia policial en las calles, pues no habría manifestaciones.
La Unión Nacional de Trabajadores Angoleños – Central Sindical (UNTA-CS), la Central General de Sindicatos Independientes y Libres de Angola (CGSILA) y la Fuerza Sindical Angoleña (FSA-CS) precisaron que la primera fase del paro durará hasta el 22 de marzo.
De no llegar a un acuerdo con el Gobierno sobre sus demandas, esta se extendería a una segunda fase de siete días.
Los trabajadores reivindicaban un aumento del salario en la función pública del 250 por ciento, mientras que el salario mínimo nacional pedían se fijara en 245 mil kwanzas, lo cual tras las negociaciones redujeron a 100 mil kwanzas (alrededor de 120 dólares). También piden la disminución de la tasa del Impuesto sobre la Renta del Trabajo, entre otros asuntos.
El Gobierno, por su parte, refiere que resulta económicamente inviable acceder a esas demandas y propuso estudiar variantes como el pago diferenciado por sectores y categorías de empresas (grandes, medianas y pequeñas).
Públicamente la posición gubernamental ha sido la de mantener el diálogo y las negociaciones, sin embargo, según Teixeira Cândido, tras la entrega del pliego de reclamaciones las centrales sindicales no han recibido ninguna otra propuesta del Ejecutivo.
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