El evento, organizado en la ciudad más grande del estado de Renania del Norte-Westfalia, subrayó la determinación colectiva de combatir los prejuicios raciales y fomentar la inclusión.
Reunidos en seis puntos de la ciudad, los participantes agitaron pancartas con mensajes antirracistas y corearon consignas al condenar la discriminación de cualquier tipo.
En los discursos posteriores a la marcha, se criticaron las reuniones secretas celebradas en la ciudad de Potsdam por políticos del partido de extrema derecha Alternativa para Alemania (AfD), conocido por su postura xenófoba y antimusulmana.
Además de rechazar las acciones de AfD, también se exigió la prohibición de dicha organización política por socavar la cohesión social.
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