La exacerbación de la violencia en el centro de Puerto Príncipe provocó que muchos centros asistenciales cerraran sus puertas, entre ellos el Saint-François de Sales y el Hospital de la Universidad Estatal de Haití.
Este último es, con sus 14 departamentos, el más grande del país, y cada día hay un nuevo anuncio de un nosocomio público o privado que informa de la restricción de sus actividades o simplemente de su cierre, subrayó la versión digital del diario Le Nouvelliste.
Los profesionales de la salud también están teniendo dificultades para llegar a sus puestos de trabajo debido al fuego cruzado de las pandillas.
Recientemente, la Asociación Médica de Haití pidió que se respete el derecho a la salud, vulnerado con el cierre de hospitales estatales y privados debido a la creciente ola de violencia que vive el país caribeño.
«La Asociación Médica de Haití, en nombre de todos sus miembros, desea alzar su voz en esta situación tumultuosa y espantosa que está perturbando la vida de todos los ciudadanos de nuestra nación», subrayó un comunicado de la organización.
El derecho a la salud, ese bien preciado, derivado de la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948 y de nuestra Constitución, responde a las más grandes aspiraciones del hombre desde sus orígenes, puntualiza la nota.
«Es vital la búsqueda pacífica de soluciones que respondan a los deseos del pueblo haitiano y también al respeto de los derechos inalienables de todas las personas sin distinción y, particularmente, a las instituciones sanitarias y del personal sanitario», precisó la asociación.
La salud es una necesidad primordial para las mujeres, los niños, los hombres, los jóvenes y los ancianos en nuestro país, pues está en juego el bienestar y la seguridad de todos, sentenció el ente en su comunicado.
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