La trasgresión fue cometida en 2013 contra una joven albanesa en un club nocturno de Milán, cuando el brasileño defendía el equipo con el mismo nombre de la ciudad. Por este acto, en ese país se le impuso la pena, pero el exjugador evadió la cárcel y viajó a Brasil.
Ahora la condena tuvo homologación en el STJ. Roma pretendía que el castigo sea cumplido en el gigante sudamericano.
Resultó la primera vez que la corte especial de ese tribunal analizó la posibilidad de aprobación de un dictamen penal para transferir la ejecución del correctivo a territorio nacional.
En este caso que implique a un brasileño nato, cuya extradición está prohibida por la Constitución Federal.
Nueve a dos quedó el marcador de la votación en el STJ, a favor del cumplimiento de la sanción en Brasil.
Por el voto del ponente, Francisco Falcão, la Justicia Federal debió ser comunicada inmediatamente para el acatamiento de la punición en régimen cerrado.
La mayoría coincidió con esa posición, que llegó a ser tema de debate entre los ministros.
Después del dictamen, Robson de Souza, apodado Robinho, de 40 años, fue detenido por la Policía Federal en el edificio en el que vive en el barrio de Aparecido, en Santos, en la costa de Sao Paulo.
Minutos más tarde fue conducido al edificio de la Corte Federal, a pocos metros de distancia, en el que pasó por audiencia de custodia y luego llevado al complejo penitenciario paulista de Tremembé.
Ante los hechos, el abogado de Robinho, José Eduardo Alckmin, comunicó que entrará con el agravio reglamentario (tipo de recurso) en el Supremo Tribunal Federal (STF) para solicitar que el ponente reconsidere la decisión o remitir el caso al pleno o a la sala.
«El STF, en cuanto a la posibilidad de prisión antes del tránsito en juzgado, dejó claro que la Constitución brasileña atribuye valor máximo a la libertad del individuo. Es una regla que nadie puede cambiar que la prisión sólo es posible si no hay más apelación», señaló la defensa.
Cuestionó «¿por qué esto sería diferente en casos de decisión extranjera? De ser así, ¿no pasaría ese tipo de decisión a valer más que las decisiones brasileñas?», remarcó.
A este caso se une el de otro exfutbolista brasileño, Daniel Alves, condenado el 23 de febrero por violación a cuatro años y medio de prisión tras arbitraje de la jueza Isabel Delgado, de la 21 Sección de la Audiencia de Barcelona (España).
El veterano exlateral recibió la libertad condicional mediante el pago de una fianza de un millón de euros. Para esta condición debe entregar sus pasaportes brasileño y español, y comparecer semanalmente al tribunal.
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