La jefa de la Unidad de Vigilancia y Control de la Tuberculosis, Hiwet Nigusse, declaró que intentan evitar que esa patología se convierta en una amenaza para la salud pública en el país africano al cambiar la forma en su diagnóstico, tratamiento, métodos estratégicos de prevención y la actitud de la sociedad ante la patología.
Nigusse precisó que la prevalencia de la infección ha disminuido debido al trabajo del Ministerio de Salud en colaboración con otras organizaciones y partes interesadas. Este indicador disminuyó de dos mil 95 en 2015 a mil 616 en 2020 y el tratamiento de más del 93 por ciento de los casos en los últimos cinco años fue exitoso, agregó.
Antes de 1996, el tratamiento médico no era eficaz porque duraba dos años y no existía ningún mecanismo de seguimiento. Posteriormente, se lograron resultados satisfactorios al introducir la estrategia de Terapia Directamente Observada (TDO).
Este último en un dura seis meses e incluye seguimiento y observación directa de la persona diagnosticada, lo que ayudada a prevenir casos de pacientes que interrumpen la medicación prematuramente, según la publicación.
Otro avance importante es el mejoramiento del mecanismo de diagnóstico. Las pruebas de detección de tuberculosis, que en el pasado estaban limitadas a los grandes hospitales, ahora están disponibles en instituciones comunitarias y centros de salud con rayos X, análisis genético y cultivo de forma gratuita.
Pese a esos resultados, Nigusse manifestó preocupación de que la reducción de la prevalencia de enfermedad en Eritrea pueda provocar que la gente sea negligente y pueda dar lugar a su propagación.
En ese sentido, el Ministerio de Salud estableció promotores comunitarios de TDO para monitorear la trasmisión, informar a la comunidad, organizar campañas de saneamiento y dar seguimiento al progreso de los pacientes bajo tratamiento dentro de su comunidad.
Las enfermedades existentes que pueden aumentar el riesgo de que una persona contraiga tuberculosis incluyen la diabetes, el sistema inmunológico debilitado (VIH/SIDA), la desnutrición y el consumo de tabaco, así como los residentes en zonas densamente pobladas, internados y áreas de detención y rehabilitación.
Uno de los principales desafíos que enfrentan en Eritrea es la aparición de tuberculosis resistente a los medicamentos (TB-MDR), causada por bacterias que no responden a la Isoniazida y la Rifampicina, los dos fármacos de primera línea contra la enfermedad.
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