En declaraciones a Prensa Latina, Nadaf aseguró que pretendió dar vida y espíritu a las municiones remanentes del conflicto y convertirlas en algo positivo después de que fueran durante años lo que más inquietaba a los sirios.
Cuando encontraba el trozo de un proyectil, lo limpiaba y lo montaba sobre una base de madera, y luego dibujaba en él, aseguró el joven, de 17 años de edad, y agregó que acudió a la escultura para expresar lo que no podía transmitir a través de la pintura.
De acuerdo con Roula Suleiman, la directora y dueña de la galería, la exposición para un artista en esta edad es un reto y Nadaf ha estado al nivel de este desafío, incluso sus obras despertaron la admiración de visitantes y creadores.
En ellas se observa un surrealismo donde el artista suelta las riendas de su imaginación para reflejar la soledad por la que opta el ser humano en los tiempos de guerra.
Para Nadaf, el aislamiento se convierte en algo positivo ante la brutalidad que vive el mundo. Para mí, la soledad fue una experiencia hermosa que me ha hecho más maduro y más fuerte en la sociedad, aseguró.
A su vez, el embajador cubano en Damasco, Luis Mariano Fernández, destacó la importancia del empeño de este joven cubano-sirio, quien trata de recrear cosas que hacen daños en la vida y transformarlas en obras artísticas llenas de vida, ideas y enseñanzas.
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