Esta postura fue expresada por medio de un comunicado emitido por la embajada siria en Beirut tras el asesinato el pasado día siete de Pascal Sleiman, alto dirigente de Fuerzas Libanesas – partido político libanés- para la región de Jbeil y empleado en un banco en Biblos, por una banda de ladrones cuyos integrantes son libaneses y sirios.
Estamos dando seguimiento a la situación de los ciudadanos residentes en la nación de los cedros, en coordinación con las autoridades competentes, en aras para preservar la relación fraternal entre los pueblos vecinos, afirmó la declaración.
Reiteró la postura de Damasco respecto al tema de los desplazados, que favorece y facilita el retorno de los mismos, y aclaró que esta postura es reconocido por el mismo gobierno libanés.
Sin embargo, señaló que la politización del expediente de los refugiados por parte de los países donantes y algunas organizaciones internacionales, así como las medidas coercitivas unilaterales impuestas a Siria obstaculizan la repatriación de los sirios, lo cual afecta a todos los ciudadanos de ambas partes.
La misión diplomática valoró la cooperación de las autoridades oficiales libanesas y las posiciones de algunos partidos que rechazaron el incitamiento a la violencia contra los residentes sirios.
La representación diplomática reafirmó el compromiso de Siria con la seguridad y estabilidad de Líbano y la colaboración con sus autoridades para la entrega de personas buscadas por ambos lados, lo cual redonda en el interés común de los dos países hermanos.
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