En declaraciones a las cadenas RMC y BFM TV, el mandatario precisó que los aviones de Francia actuaron por solicitud de Jordania, ante una acción que Teherán atribuyó a la respuesta al bombardeo israelí del 1 de abril en su Consulado en Damasco, donde murieron varias personas, entre ellas, comandantes del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica.
Estamos en suelo jordano con una base aérea para luchar contra el terrorismo, y como el espacio aéreo fue violado por esos disparos, hicimos despegar nuestros cazas para interceptar lo que debíamos interceptar, detalló el jefe del Elíseo.
Más de 300 misiles, incluyendo de crucero, y drones fueron lanzados por Irán contra Israel, que dijo neutralizar el 99 por ciento de los mismos con el apoyo de sus aliados occidentales (Estados Unidos, Reino Unido y Francia), mientras Teherán aseguró que su operación cumplió los objetivos trazados.
Según Macron, solo siete de esos artefactos impactaron en territorio israelí, lo cual calificó de un éxito de Tel Aviv.
Francia estuvo al lado de Israel “bajo la coordinación estadounidense y con nuestros amigos británicos”, abundó.
Respecto a la preocupación mundial sobre el riesgo de una escalada del conflicto, el presidente manifestó que París hará todo lo posible para evitarla, no sin dejar de acusar a Irán de una alegada ruptura de la estabilidad regional.
En ese sentido, tildó de desproporcionada la respuesta iraní en relación con el ataque a su Consulado.
Hablamos con todos los países de la región, tratando de actuar como una potencia mediadora, pero son los Estados Unidos los que tienen un papel importante a desempeñar para contener a Irán, expuso.
Para analistas, Israel con su agresión al consulado de Teherán en Damasco hace dos semanas buscó una reacción del país persa para tratar de aliviar la presión internacional que enfrenta el gobierno del primer ministro Benjamín Netanyahu por sus crímenes contra el pueblo palestino y las violaciones recurrentes del Derecho Internacional y del Derecho Internacional Humanitario.
Incluso en Occidente cobró fuerza en las últimas semanas la necesidad de actuar para que llegue la paz al Oriente Próximo, asumiendo que esta pasa por la solución de dos estados, dígase la creación de uno palestino, salida a la que Israel se opone de manera ferviente.
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