Así lo reafirmó un nuevo estudio publicado en Science por un equipo de la Universidad de Utrecht en Países Bajos, que afirma que en un marco de rendición de cuentas distorsiona la competencia y podría proteger a las empresas bien establecidas y altamente contaminantes.
“Muchas corporaciones pregonan que sus objetivos y actividades de están alineados con París, pero los grupos que validan los objetivos voluntarios de reducción de emisiones de las empresas suelen utilizar fórmulas básicas que sugieren una necesidad de disminuir las emisiones”, puntualiza el texto.
Ante este escenario, los investigadores discuten cómo la adopción generalizada de objetivos corporativos voluntarios de emisiones netas cero no puede garantizar una rápida descarbonización global y no debería sustituir las regulaciones necesarias.
“Las empresas deben competir económicamente y al mismo tiempo contribuir a la innovación sostenible y la reducción de emisiones”, recalcaron.
Criticaron también que al asignar el espacio de emisiones exclusivamente entre las empresas existentes, se mide menos el crecimiento de firmas más eficientes que podrían tener emisiones crecientes en un mercado descarbonizante.
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