Ello se debe, según los expertos, a la influencia del patrón climático de El Niño sobre el sur del continente africano.
Aunque se espera que para el periodo abril-junio El Niño comience a debilitarse, explicaron, sus efectos sobre el invierno meridional africano causarán temperaturas mínimas y máximas superiores a lo normal, mientras las precipitaciones también estarán por debajo del mínimo en muchas de las zonas que normalmente reciben lluvias invernales.
La noticia fue recibida, en medio del otoño, con beneplácito por la población, sobre todo tras el anuncio de la empresa eléctrica nacional Eskom de que posiblemente se producirán cortes diarios de energía de unos dos mil megaWatts.
Dados que los sistemas de calefacción residenciales en Sudáfrica son eléctricos, un invierno frío como el de 2023 puede hacer de las noches sin luz una experiencia bastante desagradable.
A causa de El Niño, recientemente países de la región como Zimbabwe, se han visto afectados por la sequía y las consiguientes malas cosechas.
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