En su cuenta en X, la OMS destacó que esas incursiones provocaron 723 muertos, 924 heridos, daños a 101 instalaciones y afectaron a 106 ambulancias.
El 38 por ciento de esos ataques se produjeron en la ciudad de Gaza, 22 por ciento en el norte del territorio y 29 por ciento en la urbe de Khan Yunis, detalló.
La atención sanitaria no puede ser un objetivo militar, subrayó la institución global.
En reiteradas ocasiones, tanto la OMS como su director general, Tedros Adhanom Ghebreyesus, criticaron las operaciones castrenses de Israel en ese territorio, en especial contra los centros de salud, su personal y los socorristas.
Precisamente, hace unos días, el funcionario reiteró su rechazo a una eventual ofensiva israelí contra la ciudad gazatí de Rafah, donde se refugian más de un millón de palestinos.
“Una invasión a gran escala contra Rafah sería una catástrofe humanitaria”, advirtió en X. Hacemos un llamamiento a Israel para que no proceda e instamos a todas las partes a trabajar por un alto el fuego y una paz duradera en la región, afirmó.
La prensa israelí reveló que el primer ministro Benjamín Netanyahu prometió a sus socios de ultraderecha en el Gobierno que atacaría Rafah con o sin acuerdo para un alto el fuego con Hamas.
Netanyahu justifica la operación con el argumento de destruir el último reducto del movimiento islamista en la Franja, aunque expertos, tanto israelíes como de otras latitudes, consideran imposible eliminar a ese grupo armado en su totalidad.
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