Los acusados eran en ese tiempo miembros del club juvenil Cobreloa y ahora se desempeñan en diferentes equipos del país.
Cinco de los imputados renunciaron a su derecho a guardar silencio y prestaron declaración ante el tribunal, el cual determinó que la libertad de los jugadores era un peligro para la sociedad.
Por ese motivo, detectives de la Brigada Investigadora de Delitos Sexuales de la policía procedió a detenerlos en las ciudades de Santiago, Calama y Osorno.
Interrogada sobre el tema, la ministra de la mujer, Antonia Orellana, expresó que durante mucho tiempo el club se resistió a admitir que este era un problema.
“Ya era hora de que se entendiera que se trata de un tema grave”, dijo Orellana.
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