Los principales medios de prensa israelíes reportaron que esta mañana los uniformados lanzaron volantes desde aviones y enviaron mensajes de texto por teléfono para que la población abandone varios barrios de esa urbe.
Allí se refugian más de un millón de ciudadanos que huyeron de las regiones septentrionales y centrales de la Franja para escapar de las bombas y las operaciones castrenses.
Las órdenes de evacuación solo se aplican por el momento a algunos vecindarios orientales, detalló el diario electrónico The Times of Israel.
Por su parte, el portal noticioso Ynet detalló que el área de Shifuna, una de las que la vecina nación quiere vaciar, alberga a unos 100 mil palestinos.
En un comunicado, las Fuerzas Armadas señalaron “que se avanzará de forma gradual, según una evolución en curso de la situación”.
Este fin de semana, el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamas) reclamó a los mediadores egipcios y qataríes, durante las negaciones en El Cairo, un compromiso de Israel de detener su prometida campaña contra Rafah como parte de las conversaciones de alto el fuego.
Sin embargo, en reiteradas ocasiones el primer ministro Benjamin Netanyahu aseguró que el asalto castrense contra la localidad ocurrirá con o sin acuerdo.
Netanyahu justifica el ataque con el argumento de derrotar a Hamas en su último bastión en el enclave como parte de la estrategia para acabar con el grupo armado, un proyecto que muchos expertos de la región, incluidos israelíes, ponen en duda.
La tensión escaló ayer tras un bombardeo de la milicia desde Rafah contra una base castrense israelí, que provocó la muerte de tres soldados y heridas a una decena, lo cual llevó a la ultraderecha a reclamar a Netanyahu el inicio de la operación.
En las últimas semanas la ONU, diferentes organizaciones no gubernamentales y numerosos Gobiernos llamaron a Israel a evitar el ingreso de sus militares por temor a una matanza de grandes proporciones en esa urbe, fronteriza con Egipto, cuyo Gobierno teme una avalancha de cientos de miles de refugiados.
Precisamente, las autoridades de El Cairo advirtieron que la entrada allí de los militares pondría en peligro el tratado de paz firmado entre ambos países en 1979.
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