domingo 19 de mayo de 2024
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La montaña, Macron y Xi Jinping, todo está dicho

París, 7 may (Prensa Latina) Después de una intensa jornada parisina, los presidentes de Francia, Emmanuel Macron, y China, Xi Jinping, viajaron hoy a los Pirineos para un diálogo más distendido, pero ya en realidad todo estaba dicho.

En el segundo y último día de la visita de Estado del líder chino, los mandatarios y sus esposas llegaron al col du Tourmalet, un paradisíaco paso de montaña en los Altos Pirineos, con las cartas sobre la mesa y el terreno marcado, sin que pueda vislumbrarse un cambio drástico de postura en los temas espinosos entre las partes.

Copos de nieve, regalos y un ambiente familiar adornaron el adiós de Xi Jinping en la primera parada de su gira europea, que lo llevará además a Serbia y Hungría, en una estancia para celebrar los 60 años de relaciones bilaterales, la cual afianzó los lazos culturales y la relevancia de los nexos económicos.

Sin embargo, en las dos cuestiones clave de la visita: la guerra en Ucrania y el temor de Europa de verse inundada por productos chinos con los que no puede competir, la partida no dejó nada nuevo, aun cuando Macron contó con un comodín, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.

La reunión trilateral de ayer en el Palacio del Elíseo y las posteriores conversaciones oficiales entre los jefes de Estado en el propio escenario dejaron claro el interés anfitrión y de la Unión Europea (UE) en que China no sea un actor decisivo al lado de Rusia en el conflicto de Ucrania.

También permitieron plantear la queja por las alegadas subvenciones de Beijing a sectores estratégicos, desde los vehículos eléctricos y el acero hasta las energías renovables, que agobian a un bloque de 27 sometido a los vaivenes de las dos superpotencias mundiales, Estados Unidos y China.

Más allá de la diplomacia y de lo políticamente correcto, incluso de las advertencias de von der Leyen de que la UE está dispuesta a adoptar decisiones firmes de protección de su economía, el visitante esquivó con tranquilidad los golpes.

Respecto a Ucrania, Xi Jinping pidió no ignorar o tergiversar el papel positivo que China desempeña en la búsqueda del fin del conflicto.

“Nos oponemos a la utilización de la crisis ucraniana para lanzar la responsabilidad sobre otros, difamar a un tercer país y desencadenar una nueva guerra fría (…) China no es ni el origen de la crisis ni parte de ella”, señaló, en medio de acusaciones de occidente de que respalda a Moscú y no lo ha condenado por atacar a su vecino.

Macron saludó que su par se comprometiera a no vender armas a Rusia y reconoció que el diálogo con Beijing es hoy más necesario que nunca.

En cuanto al diferendo económico por la supuesta sobrecapacidad industrial de China fruto de los subsidios estatales, Xi Jinping negó su existencia e intentó tranquilizar a Francia y la UE, aunque sabemos bien que sin despejar las inquietudes.

De acuerdo con el presidente, no existe el alegado exceso de capacidad, que lleva a la UE a hablar de una invasión de productos baratos, “ni desde el punto de vista de la ventaja comparativa ni a la luz de la demanda global”.

La industria china en el ámbito de las energías renovables lo que hace es permitir un aumento del suministro mundial y atenuar la presión inflacionaria, aseveró.

La UE puso en marcha una cruzada de investigaciones bajo el argumento de la superproducción de la potencia, y esta la tildó de proteccionista y respondió con pesquisas similares, por ejemplo sobre el coñac francés.

Tal vez un éxito para Macron sea que lograra escuchar en boca de Xi Jinping que no desea llegar a aplicar medidas contra uno de los productos estrella galos.

Sin dudas la visita será calificada de positiva, y en algunos aspectos pudiera demostrarse, pero en los temas de fondo nada cambia.

ro/wmr

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