Solo en América Latina por esa causa unas 720 mil personas vivían al cierre del pasado año como desplazadas, mientras en otras regiones fenómenos como el ciclón Freddy en el sureste de África, los terremotos en Turquía y Siria, y el ciclón Mocha en el Océano Índico provocaron 26,4 millones de movimientos, el 56 por ciento del total de nuevos movimientos internos.
Además, durante 2023 se observó un incremento en desplazamientos inducidos por los desastres en países de renta alta como Canadá, donde una temporada de incendios forestales sin precedentes provocó 185 mil traslados internos.
La OIM advirtió que la cifra de personas desplazadas por los desastres aumentará en los próximos años ya que la frecuencia, duración e intensidad de los peligros naturales empeora cada vez más a causa del cambio climático, como se comprobó en las últimas semanas en Brasil y Kenya.
El informe de esa agencia puntualizó que las tormentas provocaron casi 1,2 millones de desplazamientos en Latinoamérica y las inundaciones casi la mitad de ese número.
La mayoría de esos movimientos ocurrieron durante la temporada de huracanes del Atlántico en la cuenca del Caribe, mientras que los desplazamientos por inundaciones se produjeron a lo largo del año, principalmente en Brasil y Colombia.
Aunque ese año hubo menos huracanes que el anterior, fue la tercera temporada ciclónica más costosa de la que haya registro y empezó más tarde de lo habitual.
Por desastres naturales y otros eventos como los conflictos, en 2023 la cantidad de desplazados internos en América aumentó a 6,7 millones.
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