Tras meses de hostigamiento, la semana pasada un hombre lanzó una bomba molotov contra esas personas que se encontraban alojadas en una pensión del barrio de Barracas.
Pamela Cobbas, Roxana Figueroa y Andrea Amarante murieron por las quemaduras y Sofía Castro permanece internada.
Es imperioso que se comprenda que el odio mata. Las quemaron por lesbianas y por pobres, con un objetivo muy claro: disciplinarlas. Es un crimen silenciado e invisibilizado por diferentes sectores, alertaron los legisladores en un comunicado.
Además, advirtieron que hechos de ese tipo son resultado de la legitimación de discursos de odio en los medios de comunicación y desde las altas esferas gubernamentales.
Ello habilita situaciones de extrema crueldad y tiene un impacto extremadamente violento, apunta el texto.
Por otra parte, precisa que las víctimas vivían hacinadas en un hotel familiar porque no tenían posibilidad de acceder a un alquiler formal, al igual que miles de personas en esta ciudad.
El desmantelamiento de programas y políticas de prevención de la violencia de género, del abordaje integral de la discriminación y de la promoción de la igualdad, no hace otra cosa que eliminar mecanismos y herramientas que deberían activarse para proteger a nuestro pueblo y en especial a los grupos vulnerables, señala el mensaje.
Como fuerza política queremos manifestar nuestra preocupación por el hecho de que no exista una condena institucional contundente. Duele el silencio social, pero más el de las autoridades, añade.
Además, exige justicia y el fin de la violencia contra lesbianas, gais, bisexuales, transexuales y otros colectivos.
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