La estación de monitoreo de esta capital evidenció una disminución en los niveles de concentración de material particulado, luego que en la mañana varios reportes coincidieran en mostrarlos elevados en correspondencia con los valores guías anuales.
El departamento de Investigación y Servicios Hídricos del Insivumeh, específicamente su Sección de Calidad de Agua y Aire, indicó primero que las condiciones eran “extremadamente malas”.
“A medida que la velocidad del viento incremente, se espera que los niveles de concentración presenten una reducción”, destacó la entidad científica.
Autoridades advirtieron que la calidad del aire podía ser considerada condición de emergencia, por lo cual toda la población aún tiene probabilidad de ser afectada.
En conferencia de prensa la víspera, relacionada con los incendios forestales, el presidente guatemalteco, Bernardo Arévalo, expuso que es una situación en donde hay dos fenómenos implicados.
Están los siniestros en sí mismos y la multiplicación de estos y por otra parte, aparece la presencia de una nube en casi todo el territorio.
En esta, afirmó, inciden incendios que están ocurriendo en la región y que son empujados por los vientos hacia Guatemala.
La Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres exhortó a las personas a proteger su bienestar y como un primer paso planteó la utilización de mascarilla para reducir el contacto directo con las partículas.
El Ministerio de Salud y Asistencia Social recomendó permanecer en interiores tanto como sea posible, evitar actividades al aire libre y mantener en la medida de lo posible las ventanas cerradas de viviendas y lugares de trabajo, entre otras.
Investigaciones realizadas por prestigiosas universidades indicaron tiempo atrás que la calidad del aire en esta capital aparece entre las peores del continente.
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