La novedosa técnica posibilita vaticinar la demencia con mayor exactitud que las pruebas de memoria o las mediciones del encogimiento cerebral, dos métodos utilizados habitualmente para diagnosticar la enfermedad, según publicó la revista Nature Mental Health.
Los investigadores desarrollaron la prueba predictiva analizando resonancias magnéticas funcionales (IRMf) para detectar cambios en la red de modos por defecto (DMN) del cerebro, cuya función es conectar regiones del cerebro para realizar funciones cognitivas específicas, siendo la primera red neuronal afectada por el Alzheimer.
Utilizaron imágenes de IRMf de más de mil 100 voluntarios del Biobanco para estimar la conectividad efectiva entre 10 regiones del cerebro, que constituyen la red de modo por defecto.
Los expertos asignaron a cada paciente un valor de probabilidad de demencia basado en la medida en que su patrón de conectividad efectiva se ajustaba a uno que indica demencia o a un patrón similar al de control, y luego compararon estas predicciones con los datos médicos de cada paciente.
Los resultados mostraron que el modelo predijo con exactitud la aparición de la demencia hasta nueve años antes de que se hiciera un diagnóstico oficial y con una precisión superior al 80 por ciento.
En los casos en que los voluntarios desarrollaron demencia, el modelo podía predecir con un margen de error de dos años el tiempo exacto que tardaría el diagnóstico.
Los investigadores también examinaron si los cambios en la DMN estarían causados por factores de riesgo conocidos de demencia.
Su análisis demostró que el riesgo genético de padecer Alzheimer estaba estrechamente relacionado con los cambios de conectividad en la DMN, lo que apoya la idea de que estos cambios son específicos de esta patología.
También descubrieron que es probable que el aislamiento social aumente el riesgo de demencia, a través de su efecto sobre la conectividad en la DMN.
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