sábado 5 de octubre de 2024
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Naturaleza y turismo

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Pretoria, 23 jun (Prensa Latina) Cuando una persona de cualquier lugar del mundo piensa en Sudáfrica, es común que le vengan a la mente llamativas imágenes de icónicos animales de la megafauna africana: elefantes, jirafas, rinoceronte y leones, así como tiburones blancos saltarines o ballenas.

La relación entre la naturaleza primigenia, o la que percibimos como tal, y Sudáfrica es algo instintivamente inseparable, aunque el país sea mucho más que eso, sobre todo si se tiene en cuenta su riqueza cultural.

De esa manera, la industria turística sudafricana hace énfasis en sus materiales promocionales en zonas donde la relativa inmersión del visitante en la naturaleza puede brindar experiencias únicas.

Este país resultó electo entre los 10 más bellos del planeta para ser visitado, según una encuesta global de la empresa de viajes en línea Rough Guides. La única nación africana ubicada entre las 20 primeras. De acuerdo con esos resultados, lo que más les gusta a los turistas es “su diversidad paisajística y cultural, el vino, y la comida”.

Muchos encuestados, reveló la periodista de viajes Joanne Owen, elogiaron sus escénicas carreteras y las vistas de los mares australes “en bruto”.

Para disfrutar algunos de los escenarios naturales más espectaculares del mundo, basta navegar por Internet, donde miles de imágenes resaltan, por ejemplo, la icónica Montaña de la Mesa, que se yergue majestuosa sobre la sureña Ciudad del Cabo, o la confluencia entre los océanos Índico y Atlántico.

Asimismo, las extensas sabanas del Parque Nacional Kruger, donde viven en equilibrio ecológico cientos de miles de animales, que pueden admirarse a escasos metros desde los todoterrenos descapotados repletos de turistas que lo recorren.

Para quienes gustan del senderismo, también están los montes Drakensberg, de abrumadora y aplastante belleza, contentivos de algunas de las formaciones rocosas más antiguas del planeta, que pueden hacer sentir al visitante una verdadera humildad ante la naturaleza.

En la costa sur del país (de ahí “para abajo” solo quedan el mar y la Antártida), colonias de pingüinos, focas y cuanta ave marina exista abarrotan varios refugios.

De montarse en una embarcación de recreo, el avistamiento de ballenas o grandes tiburones blancos está casi garantizado, en dependencia de la época del año.

(Tomado de Orbe)

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